SALUDOS MAESTRANTES ACTIVIDAD PARA EL DIA VIERNES 06/05/2016 TALLER APRENDIENDO A VIVIR Y EQUIPOS DE TRABAJO DICTADO POR DR ÁNGEL CARRUYO HORA 5:00 PM

viernes, 6 de mayo de 2016

DESARROLLO GERENCIAL Y LIDERAZGO

El desarrollo gerencial es el mejoramiento continuo del desempeño organizacional, mediante la aplicación de las estrategias adecuadas, en los distintos procesos usados para gestionar la organización.

El conjunto de procesos, está compuesto de los elementos cognitivos o del pensamiento, los cuales son inherentes al liderazgo; los administrativos u organizacionales, los cuales son inherentes a la gerencia; los sociales o humanos, inherentes a las personas en la organización y los tecnológicos, los cuales son inherentes a las técnicas usadas por las personas que hacen vida en la organización.

Las estrategias a ser usadas por el líder, atendiendo al contexto y situación organizacional, deben ser al menos de cuatro tipos: comunicacionales, motivacionales, de conducción y de autoestima. En la dinámica organizacional actúan tres subgrupos de personas: el oficial o de dirección, los naturales o de oposición y los que oscilan entre ambos, llamados oscilantes o disponibles. El líder siempre debe tener en cuenta los subgrupos que actúan en la dinámica organizacional; de modo que los pueda tener claramente identificados y conceptuados, a fin de delinear el curso de acción ante cada uno de ellos y prever su actuación, en la medida de lo posible, considerando el papel a desempeñar en los distintos niveles.

El comportamiento organizacional debe ser diseñado por los ideólogos y los asesores de estos; impulsado por los animadores y concretado por los ejecutores en los distintos niveles y subgrupos de la organización, estos son los llamados mentalizadores. El papel del líder en este caso, no es otro que el amalgamar los roles que los mentalizadores desempeñan en cada subgrupo, conducir acertadamente la actuación de la organización en su conjunto, lograr el intercambio exitoso de estrategias y concretar la consecución de las metas y objetivos trazados, para alcanzar la visión estratégica de la organización.

El enfoque de los rasgos del liderazgo organizacional, establece tres tipo o estilos de liderazgo, a saber: el liderazgo autocrático, el liderazgo liberal y el democrático – participativo - situacional. En los dos extremos se sitúan el liderazgo autocrático y el liberal (laissez faire); el primero centrado en las responsabilidades del gerente en la organización del trabajo y las tareas y por lo tanto en racionalizar, seleccionar, monitorear y controlar a las personas; este estilo de liderazgo se basa en el concepto del “homo economicus”; el segundo centrado en las personas, por lo tanto concentrado en los aspectos humanos y sociales de la organización, este estilo se basa en el concepto del “homo social”. En medio de los dos estilos descritos, se encuentra el liderazgo democrático – participativo - situacional, el cual conduce y orienta, a la vez que incentiva la creatividad y la participación de las personas en los procesos, tareas y actividades.

Sin embargo, “en la práctica, el líder utiliza los tres procesos de liderazgo de acuerdo con la situación, las personas y la tarea por ejecutar… la principal dificultad en el ejercicio del liderazgo es saber cuándo aplicar cual proceso, con quien y en qué circunstancias y actividades”1.

Los elementos tratados anteriormente permiten definir si el estilo de liderazgo es implícito o explícito, considerando las características particulares de cada uno de ellos. El liderazgo implícito tiene como características ser autoritario, preservacionista o conservador, no delega tareas o actividades, usa chivos expiatorios y genera desgaste tanto en el líder, como en los colaboradores; cómo podemos observar está fuertemente ligado a estilo de liderazgo autocrático. El liderazgo explícito fomenta la participación, desarrolla comunicaciones francas y cordiales, incentiva el trabajo en equipo y genera un sentido de responsabilidad y compromiso en los grupos de trabajo, lo cual lo identifica con el estilo de liderazgo democrático – participativo – situacional.

El enfoque democrático – participativo – situacional, resulta más atractivo para el líder en rol de gerente debido a que “…aumentan sus opciones y sus posibilidades de cambiar la situación  para adecuarla a un modelo de liderazgo o cambiar el modelo de liderazgo para adecuarlo a la situación”2.

Otro elemento importante es la cultura organizacional, se define como “… el conjunto de hábitos y creencias establecidos a través de normas, valores, actitudes y expectativas compartidos por todos los miembros de la organización...”3; es vital que el liderazgo, gestionando acertadamente los procesos y estrategias, pueda generar una cultura organizacional positiva, debido a que es este el elemento diferenciador entre una organización y las demás.

Según Carrillo (2016) el liderazgo explícito genera como efecto natural una comunicación y autoestima positivas, así como una actitud y manejo proactivo de la incertidumbre; es decir, una cultura organizacional positiva.

Para que el líder pueda desarrollar un estilo de liderazgo explícito (democrático – situacional – rotativo) debe explotar al máximo las habilidades que caracterizan al líder efectivo, tales como: pensamiento estratégico, visión proactiva, carisma, empatía, capacidad de observación y diagnóstico, habilidad comunicacional, adaptabilidad antes las situaciones, autoconfianza como elemento clave para conducir y convencer y la creatividad necesaria para conseguir soluciones acertadas en escenarios de incertidumbre y hacer surgir, desarrollar y aprovechar la creatividad en otras personas, con la intención de potenciar el aporte de estas a la consecución de la visión estratégica de la organización.

Actualmente, las organizaciones buscan impulsar el pensamiento creativo y la innovación, como elemento diferenciador, competitivo y de agregación de valor organizacional; “la creatividad significa aplicación del ingenio y la imaginación para proporcionar una nueva idea, un enfoque diferente o una nueva solución a un problema”4 lo cual, cómo podemos inferir, es de vital importancia en el manejo de situaciones de complejidad e incertidumbre, en escenarios siempre cambiantes, como suele ser en el ambiente corporativo actual.

La innovación consiste en poner en práctica las ideas creativas y retroalimentar el proceso con nuevas ideas y soluciones; para innovar se requiere necesariamente de la creatividad, por lo que podemos afirmar que la creatividad es la base de todo el proceso creador de valor.
Por: Lcdo. Frank R. Duque F.

Citas
1 Chiavenato I, (2006) Introducción a la Teoría General de la Administración, México D.F. Mc Graw Hill – Interamericana Editores S.A de C.V. p 107.
2 (ob. cit.) p 108.
3 Chiavenato I, (2002) Gestión del Talento Humano, Bogotá D.C. Mc Graw Hill – Interamericana S.A. p. 143.

4 (ob. cit.)  p. 329.

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